Jazz rock de alto vuelo. Reseña del disco debut de quienes son, para nuestra humilde opinión, una de las mejores bandas peruanas de todos los tiempos
Sería injusto negar que esta es una de las mejores bandas de la historia de los circuitos independientes en el Perú, desde lo que conocemos desde nuestra experiencia en este portal.
Zombie Extraterrestre Ryan es, tal como su nombre indica, una construcción de elementos que en sí mismos son impresionantes, en una entidad propia, casi como un hijo.
Los padres de la criatura son Laura Robles, José Salvador Palacios y Giancarlo Pucci. El bajo de Robles, (afortunadamente) ocupa un lugar privilegiado en la mezcla, destacando su función rítmico melódica. La guitarra de Palacios ocupa frecuencias agudas, con un timbre propio del jazz fusión, que suaviza posibles asperezas, lo que hace que los momentos de distorsión en la guitarra, sean un matiz de potencia. La batería de Pucci se afirma como fiel compañera y base de dos instrumentos solistas, en temas de estructuras particularmente complejas.
Todos evidencian tanto que se están divirtiendo, como que han estudiado bastante.
El disco transita en un constante juego de tensión – distención, calma – reposo, tanto dentro de los temas como entre las canciones.
Más allá de géneros o subgéneros musicales específicos, el jazz y el rock en diálogo, son columna transversal de una síntesis que transita entre la música aleatoria, el math rock, el jazz fusión o el rock alternativo de los noventas (con énfasis en Primus). No sería descabellado agregar que todo esto se sazona con poliritmia y silencios bien puestos, la kimba de lo afroperuano que es patrimonio de todos y puede aparecer de manera sutil, sacándonos de los estereotipos usuales.
Es que suele ocurrir que cuando los peruanos se aproximan al jazz o al math rock, están sintiendo más que contando. Tal vez, por ello es audible que aquí no tratan de imitar a nadie.
Cualquier gran músico del mundo podría tener un feat en este disco, pero no, son sólo tres personas que buscan estirar al límite las posibilidades de sus instrumentos y algunos de los lenguajes musicales que disfrutan.
El virtuosismo en este disco se expresa con horror al vacío, como si se tratara de un huaco Moche 4, el cual puede sorprender a los que disfrutan de tales excesos, como alejar a quienes no se esperen algo tan barroco y variante.
El disco fue grabado en vivo en Estudio Elías Ponce, por José Carlos Ponce y mezclado por él y la banda. Fue masterizado en Soundgarden Tonstudio por Chris von Rautenkranz en Alemanía.
La banda, al igual que otros proyectos musicales que cuentan con integrantes en el extranjero, actualmente funciona por temporadas de tres meses en los que su bajista va y viene de Europa. Lo cual a su vez puede permitir que la banda pueda realizar presentaciones en ese continente.
Le deseamos los mejor a STL, quienes estarán presentando este disco esta noche en La Noche de Barranco, teniendo como invitado especial a Johannes Lauer en el trombón.
