Colaboración de la musicóloga Chalena Vásquez
¿Te has dado cuenta que el sonido, en sí, no existe?. Lo que existe es el movimiento. La materia en movimiento hace vibrar el aire que llega a nuestros oídos… y nosotros los humanos lo reconocemos como “sonido”.
Las formas del movimiento las apreciamos como “ondas sonoras”, que podemos identificar con nuestro sentido del oído. Las ondas son distintas, la onda cuadrada nos da el timbre del clarinete, la onda diente de sierra la produce el oboe o la chirimía, la onda sinusoidal es la de la flauta traversa.
El oído humano es muy limitado, no escucha los movimientos de bajo número de vibraciones por eso lo llamamos “infra sonido”, tampoco escucha por encima de 25,000 ó 30,000 vibraciones por segundo, a esto lo llamamos “ultra sonido”… (los perros y otros animales sí escuchan estos sonidos) Sin embargo, que no escuchemos los infra sonidos o ultrasonidos, no quiere decir que no impacten en nuestro organismo; el movimiento de todos los objetos y seres que nos rodean, movimientos que producen ondas sonoras, impactan, afectan, nuestro cuerpo… produciendo la reacción de éste constantemente. Por eso es posible hacer masajes con ultrasonido.
Los seres humanos siempre hemos utilizado el sonido, para fines diversos…. el ultra sonido se utiliza para la medicina, pues con él se puede destruir, pulverizar, las piedras de la vesícula, por ejemplo. Terrible es saber que con el ultrasonido, con un sonido que no ves ni escuchas, se puede construir armas. Leí una noticia que se están construyendo armas que pueden incendiar el pelo de una persona o la vegetación… Lo peor del caso es que ni la ONU se ha pronunciado sobre este peligro: las armas de ultrasonido… como sí se han pronunciado contra las armas químicas. Claro que los que tienen el poder militar en el mundo las usan como mejor les conviene.
Como todos los inventos o conocimientos humanos pueden aplicarse para hacer mal o para hacer bien, como es por ejemplo la resonancia magnética, que sirve para diagnosticar; así como la musicoterapia, usa el sonido y la música para armonizar el cuerpo y la mente y tener una existencia serena, saludable.
La música: el orden del movimiento
Los seres humanos ordenamos el movimiento para producir música. Primero hacemos vibrar un objeto – membrana , como los tambores, madera como el cajón, las cuerdas como en el violín, el piano, hacemos vibrar el aire en un tubo como la quena, el waqrapuku, las zampoñas, las flautas de pico, pinkuyllos, clarines, trompetas, caracoles, silbatos… etc etc también producimos sonidos usando la electricidad.
Desde tiempos inmemoriales, las culturas del mundo, supieron de la importancia del sonido. Nuestras culturas nativas, supieron escuchar los mensajes de todos los seres vivientes con los que el humano convive: mensajes que provienen del viento, del agua, de las aves, insectos y todos los animales y sus voces.
En el mundo andino y amazónico, la música no se restringe al concepto occidental de “música”. Pues aún se sabe escuchar la música que proviene del estado, del movimiento que a cada instante ocurre en otros seres. Saber escuchar es sumamente importante, porque la naturaleza envía “mensajes” que los sabios de las culturas tradicionales saben interpretar, conocimiento con el cual se puede prevenir el estado del tiempo.
Las voces de la naturaleza han inspirado a los humanos para producir sonidos también, instrumentos especialmente elaborados para eso, instrumentos musicales. En el Museo de Antropología Arqueología e Historia se encuentran 2,000 instrumentos prehispánicos, la mayoría son de cerámica.
Cuando tienen la forma de aves, de focas, estos instrumentos reproducen las voces de los animales que representan. Esto indica un alto grado de desarrollo en la fabricación de instrumentos, un amplio conocimiento de las leyes de la acústica. Estos instrumentos aún están por estudiarse. Son maravillosos; es un tesoro que tenemos en el Perú y del cual aún no nos hemos dado cuenta.