Sonidos disfrutó de participar del 80 aniversario de Raúl García Zárate. Fotos por Patricia López Cabrera

Pocos son los casos entre los cultores de las músicas tradicionales peruanas, en los cuales la excelencia es evidente y valorada por propios y extraños.

Cuentan que el doctor Raúl García Zárate, gracias al tener otra profesión, nunca tuvo que ceder a presiones para ejecutar música más «comercial» o «fácil de escuchar». Nadie pudo obligarle a nada, y su segunda profesión sería con la cual se transformaría en uno de los embajadores del Perú, dentro y fuera de él.

El valor del trabajo guitarrístico del maestro García radica en cómo en su forma de tocar se sintetizan los géneros musicales tradicionales, rurales y urbanos, de los andes y la costa del perú, junto con la precisión técnica de la guitarra clásica académica occidental.

El jueves 24 celebramos los ochenta años de vida del maestro y sesenta y ocho años como guitarrista.

El repertorio presentado fue una selección de temas que además de tener cierto énfasis en Ayacucho, buscaba abarcar sierra sur, centro y norte, así como la costa norte.

Bajo esta lógica inició el concierto con un yaraví arequipeño, Desde tu separación. Desde un primer instante la atenta escucha del público, permitía el silencio respetuoso necesario para disfrutar adecuadamente de una experiencia musical como esta.

A continuación realizó varios temas dedicado a su tierra natal Ayacucho, incluyendo un Qaylly, que integra villancicos navideños, el wayno tradicional Qori Quente, y la marinera ayacuchana Arriba los pañuelos, seguida como corresponde, de un wayno, en este caso uno de los temas más conocidos del maestro, Negra del Alma.

La primera parte continuó con el vals arequipeño, dedicado a Melgar y los waynos del Cusco, Saqsaywamanpi y Valicha. La  primera parte cerró con Falsía, una muliza de Junín.

En cada pieza, el despliegue instrumental sustentaba el porqué el maestro es fundamental referente para nuevas generaciones de guitarristas y músicos peruanos

La segunda parte se inició con la danza canción Las madreselvas. Continuó con el conocido pasacalle, Vírgenes del Sol. Para seguir con su recopilación del Atipanakuy, danza de navidad de Ayacucho protagonizada por danzantes de tijeras, tema que es precursor en el desarrollo instrumental de la guitarra ejecutando temas para arpa y violín.

A continuación el maestro interpretó su versión de la qashwa huancavelicana dedicada a la cosecha de Alverjas, Alverjas Saruy, recopilada por José María Arguedas.

El espectáculo siguió una curva ascendente, con temas cada vez más complejos e influyentes en la construcción del repertorio popular andino peruano, como la versión en guitarra del Toril de Junin interpretada por el maestro.

A continuación siguieron dos temas que permiten la expresión del instrumento, como el Carnaval de Arequipa recopilado por Benigno Ballón Farfán y la legendaria qashwa para la Zarzuela de Daniel Alomía Robles, El Condor Pasa.

Como parte del diálogo intercultural que constituye el Perú, el maestro incorpora a solicitud de su público norteño, dos temas basados en historias femeninas, primero el triste de A Schultz, la Chogoyapana, y luego la marinera Chiclayanita, interpretada a ritmo de tondero

Finalmente el maestro se despidió oficialmente de su público con el tema Adios pueblo de Ayacucho y regresó para interpretar Huérfano Pajarillo, ambos temas de especial importancia para los migrantes de los andes en las ciudades de la costa del Perú.

De esta manera, el maestro Raúl García Zárate, presentó un repertorio muy completo, que incluía tanto temas emblemáticos del repertorio andino como otros géneros aparentemente menos conocidos.

En algunos temas se dieron breves deslices que hubieran sido inconcebibles en otros momentos de la carrera del maestro, la cual se caracterizó más bien por la ausencia de estos. Pero ello no resta al espectáculo y despliegue instrumental puesto en escena por una sola persona, que lleva su instrumento a trascender límites y buscar en la tradición.

Cada pieza musical fue interpretada con los arreglos y detalles característicos del estilo personal desarrollado por el doctor García, que son semilla para futuros frutos en las nuevas generaciones de músicos en el Perú.

El único detalle negativo del concierto fue la absurda negativa de varias señoras en el público de apagar sus celulares.

Un gusto y honor haber presenciado este evento. Gracias a la productora Malena Quinto por las facilidades brindadas y la impecable calidad técnica del espectáculo.

 

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