Pommez Internacional es una de las gratas sorpresas de la música popular en América Latina. Tan eclécticos como sus contextos, aparecen como una propuesta en la que convergen sonidos tan tradicionales como transnacionales, para dar una bocanada de aire fresco al rock argentino.
Cada uno de los videosingles de Canto Serpiente han tenido una cálida recepción en nuestra redacción, en tanto poseen una fuerte identidad propia, además de un contenido político, crítico y reflexivo, pero sin llegar nunca a lo panfletario.
Este tercer track, Río Jordán, nos pone en evidencia y aunque hay violencias latentes mucho más cercanas geográficamente que la guerra entre Palestina e Israel, el que muere en las guerras de este tiempo, es -casi- siempre visto como un otro ajeno, en parajes lejanos. Esta canción nos sitúa en una de las heridas del planeta.
Musicalmente, es un ejercicio de hacer una canción del rock que la banda disfruta y es un lunar dentro de los diversos géneros por los que transita Canto Serpiente.
Pero más allá su propia forma de arte político y sonoro, con este track ya era demasiado evidente que teníamos que entrevistar a la banda. Por lo que enviamos un cuestionario como para que quienes no conocen a la banda puedan acercarse más a ella, sobre todo ahora que se confirma su próxima visita al Perú.
¿Cómo se vinculan entre sí los distintos tracks de Canto Serpiente?
Canto Serpiente traslada a la música la lógica narrativa de la crónica. Se trata de trece canciones escritas al calor de la frontera, unidas en su tematización del conflicto amoroso, personal y político. Si bien musicalmente es un disco diverso – una suerte de pequeño mapa musical – creo que temáticamente es un solo viaje, describiendo en forma directa varios acontecimientos que me ocurrieron entre el 2013 y el 2016. ½ diario íntimo ½ libro de aventuras.
¿Cuáles son los insumos musicales de su laboratorio sonoro?
Nuestro estudio es un galpón muy grande lleno de instrumentos de distinta naturaleza. Hay baterías (dos) y percusiones varias. Unas cuantas guitarras, sintetizadores, 3 computadoras, un piano, controladores midi y una colección de instrumentos folclóricos como el oud, la baglama, el ektara, la kalimba, el bombo leguero y la conga, por decir algunos. Tenemos siempre todo listo para ser usado, la intención es reducir al mínimo la distancia entre la idea y la posibilidad de probarla. Creo que de alguna forma ese espacio representa bien el espíritu de esta banda.
¿Cómo trabajan la articulación entre las complejas narrativas líricas y el desarrollo instrumental?
Usualmente tenemos dos tipos de situaciones creativas. Una es cuando la canción llega formalmente terminada a la banda y otra es cuando la canción se “esculpe”, por así decirlo, desde fragmentos instrumentales. En el primero el desarrollo instrumental responde a preguntas como: ¿Cómo instrumentamos esta canción? ¿Qué sentimiento queremos amplificar en el arreglo? ¿A que suena, es orgánica, artificial, agresiva, cálida, etc? Cuando trabajamos así somos directamente influenciados por la lírica y la narrativa del tema. Cuando se parte desde fragmentos instrumentales, el ejercicio es al revés. ¿Qué tema sugiere esta música? ¿Qué universo? A partir de esas preguntas vamos buscando y encontrando la historia. Recién cuando eso aparece la consideramos una canción propiamente. Todo lo que sigue después es trabajo.
¿En qué escena o en qué espacio se han desarrollado dentro de Buenos Aires y al interior de Argentina?
Por una cuestión de circulación, somos parte de la escena alternativa (también bautizada como indie, según a quién le preguntes) nacional. Lejos de ser una escena chica, es muy amplia, vigorosa y federal. Eventualmente – ya está pasando – reemplazará al mainstream argentino. Dicho esto y pasando estrictamente a lo artístico, la realidad es que nuestro camino es el del lobo solitario. Nos localizamos en alguna intersección entre la electrónica, el rock y la música folclórica. Tocamos con todos y tenemos amigos en todos estos ámbitos, pero tenemos bastante en claro que nuestra forma mestiza y política de entender desde donde hay que hacer música en Latinoamérica es, al menos en este momento cultural de la Argentina, una rareza.
5.- He visto que emplean diferentes estrategias de difusión, pensando fuera de lo convencional ¿cómo trabajan esa relación con el público?
Una banda – a diferencia de un coro de música folclórica por ejemplo – es una formación que interactúa adentro de la industria cultural y los multimedios. Es, quieras o no, el centro de un sistema que incluye videos, fotografías, arte de tapa y periodismo. La intención detrás de las estrategias que vos comentás es incluir estos aspectos dentro de un proceso creativo genuino. En este último disco hemos intentado llevar esta idea lo más lejos posible, creando incluso nuestro propio canal multimedia y realizando acciones como revelar nuestro primer single a través de grafitis callejeros con un código QR. No lo hacemos pensando en términos de marketing, sino al contrario. Creemos que lo personal es político e intentamos que nuestras acciones – cada una de ellas – reflejen una forma de pensar y entender el lugar de los artistas.
¿Qué sienten que es lo nutritivo de participar de un mercado musical como el SXSW? ¿y por qué lo hicieron dos años seguidos?
SXSW es una plataforma genial para dar a conocer música en nuevos mercados. La curaduría, aunque masiva, es realmente buena y se le da una oportunidad a artistas de todo origen y escala. SXSW nos abrió la puerta a todo lo que vino después. Sin ese festival no hubiésemos ido a México, ni girado por Estados Unidos ni por España. Es un festival al cual le estamos muy agradecidos y una situación que recomendamos aprovechar para quienes queden seleccionados. Fuimos dos veces y esperamos ir nuevamente pronto.
¿Qué países de Latinoamérica han visitado? y ¿Con qué otras nuevas bandas latinoamericanas sienten afinidad?
Hasta aquí hemos visitado Argentina, Uruguay y México. Este año iremos a Perú y a Chile por primera vez y la intención es continuar esa dirección el año siguiente, conociendo nuevos territorios y llevando nuestra música a lo largo y ancho de nuestro continente. En este recorrido hemos conocido muchos grupos nuevos. Sentimos mucha afinidad con la música de Chancha Vía Circuito, Mueran Humanos (Argentina), Camila Moreno (Chile), Centavrvs (México) o Nicola Cruz (Ecuador), entre muchos más.
¿Qué viene a continuación?
Luego de Perú nos vamos para México y luego volvemos a Argentina a cerrar el año. 2018 – con un poco de viento a favor – a Estados Unidos y Europa. Por otro lado, estamos viviendo una etapa de enorme creatividad, así que seguramente haya algunas novedades importantes en los primeros meses del año que viene. Casi te diría que nuestro problema actual es como ordenar todas las cosas que van a salir. Un bello problema.