Gestión pública
En los últimos años este panorama viene cambiando como parte de una tendencia en el continente. La implementación de programas de Puntos de Cultura en Brasil y Colombia han resultando un invaluable herramienta de desarrollo para que la misma gente pueda usar sus capacidades creativas para mejorar sus condiciones de vida, contra la violencia y la pobreza.
[column size=one_third position=first ]Cultura Viva
Las organizaciones artísticas y culturales del continente se vienen articulando. Antes se habló de Arte para la Transformación Social, ahora se viene hablando de Cultura Viva Comunitaria. Esta última busca ser más inclusiva y salir de las jerarquías de «arte» desde la concepción occidental tradicional.
En el Perú el Programa Cultura Viva es una iniciativa municipal que busca articularse con las organizaciones culturales ya existentes.
El detalle es que una cosa es hacer eso desde naciones con marcos legales ya existentes para fomento de las artes, a hacerlo donde ni la gente, ni los artistas, ni los funcionarios tienen mucha idea de cómo tratar los unos con los otros, pero están desarrollando espacios de diálogo. Es así que en 2013 se realizó en Lima el Seminario Internacional de Cultura Viva Comunitaria y se viven las consecuencias de la participación de los peruanos en el Foro Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria en Bolivia, así como del Encuentro Nacional de Cultura en el Cusco. Esto se expresa tanto en la articulación cotidiana de las propuestas, como de la organización de más eventos de activismo cultural como La Semana del Audiovisual y el Festejo Contrafestejo.
El detalle está en que en la nueva ley de Puntos de Cultura está quedando fuera el concepto de Cultura Viva Comunitaria, puesto que eso, en el Perú, incide directamente con las poblaciones originarias cuyos territorios están actualmente lotizados para extracción de recursos naturales.
Aún a muchos les es preferible ver «cultura» como cultura de lo «culto» (que resulta oculto) que culturas como las formas de vida de las sociedades humanas.
Lima resucita al «Rock»
El rock es una categoría baúl para meter gran cantidad de géneros que no son conocidos por los oídos momificados en la eterna repetición del pop más simple y sin contenido, sea en la más fácilmente bailable o en el género extranjero de popularidad pasajera. [/column] [column size=one_third position=middle]
Muchos de los géneros musicales que se agrupan dentro de la etiqueta del «rock», no son sólo música, son estilos de vida, son referentes culturales. La música al igual que otras «mercancías culturales» se tratan de elementos (bienes y experiencias) que son muy divertidos y contienen la identidad de quienes lo crean, por lo que es muy fácil ser vendidos como modas.
Entonces en este momento el «rock» en Lima implica gran cantidad de formas de vida, culturas urbanas, prácticas musicales y poses efímeras (o permanentes) de todo se puede encontrar.
El área de Industrias Culturales, que por cuestiones de la casualidad y de la burocracia se encuentra dentro de Teatros Municipales, han realizado dos eventos, que se han ido convirtiendo en referente de la gestión actual.
El festival Lima Vive Rock es un evento que supera a sus predecesores como si no hubieran existido. No solamente es gratuito, multitudinario y realizado en un punto estratégico de la ciudad, si no que al tener a los experimentados señores Carlos «Criminal» Gonzáles, Alejandro «Trompo»Juárez y Andrés «Papanoel» Bacigalupo, como responsables de toda la logística del festival y la ejecución de los horarios, este festival lleva las condiciones de producción al mayor nivel posible.
Todos los participantes reconocen que este es un ejercicio especial, que hace que la gente se sienta parte de la ciudad. Es una manera de decir, estas son algunas de nuestras culturas urbanas. En ese sentido la selección de bandas trata de ser lo más representativa posible dentro de lo que llegan a conocer los gestores públicos en su quehacer cotidiano.
Uno de los puntos clave de la aproximación de la gestión municipal a los productores del sector musical es la realización de la feria CONTRA, dedicada a sellos independientes, que retoma la práctica iniciada por colectivos de sellos.
Tanto CONTRA como Lima Vive Rock se vuelven espacios aspiracionales. Lugares en los cuales la actividad se centra en la música y donde el público puede encontrar propuestas que difícilmente podría conocer de otra manera, con buen sonido en eventos gratuitos en espacio público.
[/column][column size=one_third position=last ]Además, existen actividades organizadas por SERPAR (la empresa municipal que ve los Parques Zonales) como el caso del Malvinazo y del Inka Rock; así como los festivales organizados por los municipios de San Juan de Lurigancho, Ate Vitarte y Villa El Salvador, que si bien ya tienen precedentes, con el referente de la municipalidad central, invierten más en mejorar la infraestructura y llevar a bandas más representativas e interesantes.
Con estos logros lo que mucha gente pide es que se institucionalicen los programas y estos no sean producto pasajero de esta gestión municipal. Ya se logró con la Ordenanza para Cultura Viva, pero el caso del impulso a los productores musicales independientes no parecer ser tan prioritario por el momento.
Además es un paso fundamental el que la convocatoria a estas actividades se amplíe a otros géneros musicales, saliendo de la etiqueta de «rock» y que más bandas estén en capacidad de manejarse a gusto en este nuevo contexto profesional.
Más allá de la propaganda política hacia una gestión en particular, están los frutos que se pueden sembrar en la construcción de una nueva cultura ciudadana con participación de las diversas culturas urbanas que habitan la ciudad.
En ese sentido se dieron dos muestras muy interesantes, como fueron La Guardia Vieja Historia material de la música popular en Lima, realizada en la galería Pancho Fierro y Salvaje Los Inicios del rock en el Perú (1963 1975) en el Museo Metropolitano
El detalle está en que la gestión pública funciona por gestión de resultados, si los músicos desean participar de estos procesos deben estar capacitados para manejar ese aspecto que tiene tanto de empresarial como de burocrático. Y respecto al contexto electoral que ya se inicia, sea cual fuera la gestión que continúe, toca aprender de los logros y adversidades, para que estos programas y proyectos puedan quedar como beneficio a la población y continúen desarrollándose.
Este año Lima será Capital Iberoamericana de la Cultura y ya se prepara una nutrida agenda de actividades. Toca participar.
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